Para ser una extranjera entre extranjeros

Amanda Landaverde
April 4, 2017

Antes de empezar, quiero clarificar algunas cosas. Tengo mucha privilegia: soy una estudiante universitaria, siempre tengo comida, y aunque mis padres no sean ricos, siempre van a ayudarme si estoy en problemas. Hay gente que no tienen esas privilegiadas, y no quiero minimizar sus esfuerzos. No clamo a tener una vida dura ni pobre, sólo quiero hablar de mi experiencia en estudiar en el extranjero con algunas personas que tienen más dinero que yo.

Pienso que es un hecho harto conocido que para estudiar en el extranjero es un privilegio porque puede ser muy caro por algunos alumnos. Afortunadamente, mi universidad intenta a hacer los estudios en el extranjero más accesible a todos y algunos programas pueden costar más o menos lo mismo precio como un semestre típico en Gustavus (incluyendo su ayuda financiera). Por eso y el hecho de que podría vivir con mi hermano en Buenos Aires, podría ingresar en este programa de IES Abroad. Pero aunque ahorré $3,000 por vivir con mi hermano en vez de una estancia de familia, aún es más caro que mi semestre típico y ya vivo dentro del presupuesto normalmente, entonces no tengo toda la plata del mundo acá.

En este momento, hay $1,419.05 en mi cuenta. Eso incluye todos mis ahorros; es de veras toda la plata que tengo en este momento. Aún tengo que comprar mi boleto para regresar a los Estados Unidos y también quiero viajar a otros lugares y países antes de volver a los Estados. Esta plata también lo que necesito usar para pagar necesidades de vivir como comida. Y otra vez, no quiero decir que no soy privilegiada porque yo soy. Tengo bastante dinero y no trato de decir que sea pobre.

Mi punto es que no tengo tanto dinero que los otros en este programa, quienes cenan afuera cada fin de semana, almuerzan en cafeterías cada día o van a bares y boliches los viernes por la noche. Y no es que no pueda salir ni gastar dinero de vez en cuando, es que no puedo hacerlo tanto como los otros. Porque aunque las cosas son más baratas acá, no son tan baratas que pueda comprar una cosa ni otra cada día porque de veras no es sostenible.

Para mí, el problema es menos el miedo a perderme experiencias inolvidables sino el hecho de que siento sola en mi situación. Parece que la mayoría de la gente que he conocido pueden gastar todo este dinero en hacer cualquier cosa o otra. Y eso es mi problema, que siento sola porque quiero ahorrar mi dinero para que pueda ir a Chile en vez de gastarlo en una noche de tomar o cenar. Y siento que mis compañeros no entienden o piensan que no tengo ganas de estar con ellos; sólo es que mis prioridades son distintos.

 

(To be a foreigner among foreigners)

Before I start, I want to clarify some things. I have a lot of privilege: I am a university student, I always have food, and although my parents are not rich, they will always help me if I am in trouble. There are people who don’t have these privileges, and I do not want to minimize their struggles. I am not claiming to be poor or have a hard life; I just want to talk about my experience studying abroad with people who have more money than I do.

It’s well known that studying abroad is a privilege as it can be very expensive for most students. Fortunately, my college tries to make studying abroad more accessible for all its students and some abroad programs cost more or less the same price as a typical semester at Gustavus (this is including financial aid). Because of that and also the fact that I could live with my brother in Buenos Aires, I was able to enroll in this program. But even though I saved $3,000 by living with my brother instead of in a homestay, it’s still more expensive than my typical semester. I also already live normally on a budget, so I am not someone with all the money in the world, especially right now.

Right now, there is $1,419.05 in my bank account. That includes all my savings; that’s all the money I have to my name. And I still have to buy my ticket to return to the United States along with tickets for any other places I want to travel to before flying back home. I also have to use this money for necessities such as food. And I want to reiterate that I am not saying that I am not privileged because I am. I have enough money to get home and live and I’m not trying to say I am poor.

My point is that I do not have as much money as other students in this program. People who dine out every weekend, eat lunch in cafés every day, or go to bars and clubs on Friday nights. And it’s not that I don’t go out too, I do from time to time, it's that I can’t do those things as much as everyone else. Although things are cheaper here, they’re not so cheap that you can spend money like that every day because it’s just not sustainable, at least for me.

The problem that I have is less FOMO, but the fact that I feel alone in my situation. It seems that most of the people I have met can spend all this money on doing one thing or another every day. And that’s my problem, that I feel alone because I want to save my money so that I can go to Chile instead of spending it on a night out or going out for dinner. And I feel that people here don’t understand or they think that I don’t want to hang out with them. I do, it's just that my priorities are different.

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Amanda Landaverde

<p>Amanda Landaverde is a 20 year-old Spanish and Psychology student at Gustavus Adolphus College who aims for a career in neuroscience studying generational trauma. In her free time, Amanda likes to creatively illuminate and counteract social injustice through art, writing, and performance with her social justice theatre troupe on campus.</p>

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